Cambios físicos que se experimentan durante el embarazo
El estado de gestación de una mujer provoca muchos cambios en el cuerpo de la futura madre. La mayoría de los cuales desaparecen tras el parto.
Estos cambios dan lugar a algunos síntomas, que son normales. Sin embargo, también pueden aparecer ciertos trastornos, como la diabetes gestacional, que se detectan mediante los síntomas. Si llegara a suceder ese cuadro clínico, lo más aconsejble es cnsultar con el especialista.
síntomas presentes durante el embarazo
Cefaleas persistentes o inusuales
Náuseas y vómitos persistentes
Mareo leve
Trastornos visuales
Dolor o calambres en la parte inferior del abdomen
Contracciones
Sangrado vaginal (ginecorragia)
Pérdida del líquido amniótico (conocido como rotura de aguas)
Hinchazón de las manos o de los pies
Disminución de la cantidad de orina
Cualquier enfermedad o infección
Temblores (sacudidas de manos, pies o ambos)
Convulsiones
Aceleración de la frecuencia cardíaca
Disminución de los movimientos fetales
Estado de salud general
Lo que a menudo experimenta una mujer embarazada es sentir fatiga, sobre todo en las primeras 12 semanas y, de nuevo, al final del embarazo. Puede ser necesario descansar más de lo habitual.
Cambios físicos del aparato reproductor
A partir de las 12 semanas de embarazo, el útero agrandado puede causar un leve abultamiento en el abdomen. El útero continúa agrandándose durante todo el embarazo. A las 20 semanas alcanza la altura del ombligo y, hacia las 36 semanas, el borde inferior de la caja torácica.
La cantidad de secreción vaginal normal, que es clara o blanquecina, suele aumentar, lo que es totalmente normal.
Sin embargo, si la secreción tiene un color o un olor fuera de lo habitual o está acompañada de prurito y escozor vaginales, se debe acudir al médico.
Estos síntomas pueden indicar una infección vaginal. La tricomoniasis (una infección por protozoos) y la candidiasis (una infección por levaduras) son infecciones vaginales frecuentes durante el embarazo que pueden tratarse.
Mamas
Las mamas suelen agrandarse porque las hormonas (sobre todo, estrógenos) están preparándolas para producir leche. Cada vez hay más glándulas productoras de leche, que se preparan para esta función. Las mamas pueden notarse tensas y sensibles al tacto. Puede ser beneficioso usar un sujetador que se ajuste de forma adecuada y brinde el soporte necesario.
Durante las últimas semanas de embarazo, puede que las mamas produzcan una fina secreción, amarillenta o lechosa, denominada calostro. El calostro también aparece durante los primeros días tras el parto, antes de la leche. Este líquido, que contiene gran cantidad de minerales y anticuerpos, es el primer alimento del bebé.
Corazón y flujo sanguíneo
Durante el embarazo, el corazón de la mujer trabaja más porque, a medida que el feto crece, debe bombear más sangre al útero. Al final del embarazo, el útero recibe una quinta parte de todo el riego sanguíneo de la madre. Durante el embarazo, la cantidad de sangre que bombea el corazón (gasto cardíaco) aumenta entre un 30% y un 50%.
A medida que esto ocurre, la frecuencia cardíaca en reposo asciende desde el valor normal de 70 latidos por minuto antes del embarazo hasta incluso 90 latidos por minuto. Al realizar un esfuerzo, el gasto y la frecuencia cardíacas aumentan más cuando una mujer está embarazada que cuando no lo está.
Alrededor de las 30 semanas de embarazo, el gasto cardíaco disminuye ligeramente. Durante el parto, el gasto cardíaco aumenta en un 30% adicional. Pero después del parto disminuye primero con rapidez y, después, más lentamente. Vuelve al valor previo al embarazo unas 6 semanas después del parto.
Por lo general, la presión arterial disminuye durante el segundo trimestre, pero vuelve al valor previo al embarazo en el tercer trimestre.
El volumen de sangre aumenta casi en un 50% durante el embarazo. La cantidad de líquido presente en la sangre aumenta más que el número de glóbulos rojos (que son las células encargadas de transportar el oxígeno). Por lo tanto, incluso aunque haya más glóbulos rojos, los análisis de sangre indican una anemia leve que se considera normal. Por motivos desconocidos, el número de glóbulos blancos (leucocitos), que son las células que combaten las infecciones, aumenta ligeramente durante el embarazo y de forma notoria durante el parto y los primeros días siguientes al parto.
El crecimiento del útero afecta al retorno de la sangre desde las piernas y desde la región pélvica al corazón. Como resultado, suele haber hinchazón (edema), sobre todo en las piernas. Pueden aparecer varices en las piernas y en la zona que rodea el orificio vaginal (vulva), lo que a veces causa molestias. Resulta más cómodo llevar ropa suelta alrededor de la cintura y de las piernas, que además no impide el flujo de la sangre. Algunas medidas no solo alivian las molestias, sino que también pueden reducir la hinchazón de las piernas y ayudar a que las varices desaparezcan con más facilidad tras el parto.
Estos son algunos cambios físicos y hormonales que experimenta la mujer durante el embarazo.