Consejos de alimentación para niños con autismo
Los problemas de alimentación en el autismo son habituales y se presentan sobre todo en la primera infancia.
Nuevamente, es uno de los aspectos que más preocupa a las familias. Es importante que los familiares y cuidadores de los niños con autismo que presentan problemas de alimentación conozcan las causas de dichas dificultades y pongan en marcha un programa de alimentación específico e individualizado para el hogar, que dé respuesta a cada niños.
Causas
Los problemas de alimentación en el autismo obedecen a diferentes causas que han de tenerse en cuenta para que el programa de alimentación sea eficaz. Es por ello que haremos hincapié en los problemas de origen médico, de origen conductual y por supuesto aquellos que provienen del ambiente.
Sin olvidar una parte esencial responsable de muchas conductas tales como rechazar algunos alimentos y texturas; estos son los aspectos referidos a la percepción sensorial.
Realiza un estudio médico
En muchas ocasiones los niño con autismo tienen niveles altos de metales pesados en su organismo como puede ser el mercurio o el arsénico. También pueden padecer infecciones de diversa tipología como la Candidiasis.
La Candidiasis
Es una infección que afecta al intestino delgado. La infección la causa el crecimiento excesivo de un hongo llamado cándida. En circunstancias normales, las cándidas mantienen el pH sano, absorben metales pesados, sirven de alimento a nuestra flora y ayudan a deshacernos de hidratos de carbono que han sido mal digeridos, entre otras cosas.
Otro ejemplo de problemas alimentación con origen médico son las alergias e intolerancias alimenticias. Todos estos factores influyen en la salud y bienestar emocional del niño y tienen consecuencias observables en su conducta.
Es recomendable por tanto, realizar un estudio médico al niño que evalúe posibles problemas metabólicos.
Analizar su perfil sensorial
Las dificultades en la percepción sensorial es uno de los aspectos más importantes a contemplar en los problemas de alimentación en niños con autismo. Muchos de ellos pueden presentar hiposensibilidad o hipersensibilidad gustativa y táctil.
El sistema táctil
Es el responsable de hacernos sentir la temperatura y notar las diferentes texturas de los alimentos. Observar las distintas respuestas del niño/a podrá indicarnos posibles problemas referidos al procesamiento sensorial gustativo y táctil y nos ayudará a responder ante dichas situaciones.
No obstante es recomendable una evaluación por parte del terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial que además de respuesta a dichas dificultades.
Por otro lado, deberemos tener en cuenta el planeamiento motor oral e identificar de que manera el niño o niña maneja el alimento en la boca : masticación, pasar el alimento de un lado al otro, movimientos de la lengua.
Establece una rutina para las diferentes comidas
A lo largo del día, los niños realizan diferentes comidas; desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. En el horario escolar tienen perfectamente organizados los tiempos de almuerzo y comida, pero ¿qué ocurre en casa?.
Establece un lugar concreto de la casa donde pueda sentarse cómodamente y disponga de una mesa. Es importante que en ese espacio no estén al alcance juguetes ni objetos o estímulos motivadores ni estresantes.
Debe ser un lugar neutro. En caso de que utilices el mismo espacio donde juega, retira todos los juguetes en el momento de las comidas. Es aconsejable que sea un lugar que permita el movimiento en caso de que desee levantarse y moverse.
No importa que hasta ahora haya comido cada día en un sitio o incluso tenga el hábito de corretear mientras los adultos van detrás dándole de comer. A partir de hoy establece un lugar concreto y NO cambies ni vuelvas a lo anterior una sola vez.
Lo primero de todo es cambiar el hábito que ya tiene adquirido, si te mantienes firme esto se consigue en muy poco tiempo.
Utiliza apoyos visuales
Establece una rutina muy motivadora para después de comer.
Coloca un pictograma, palabra o imagen en la zona o espacio de la rutina de comer. En la mesa es un buen lugar o incluso en su silla, la cual puedes señalizar también poniendo su foto.
Elabora un pequeño panel 1-2 donde que le informe que va a comer y que le toca inmediatamente después.
Por ejemplo; 1.comer 2. tele
Haz una búsqueda objetiva de reforzadores
Aprovecha la merienda para poner encima de la mesa y a su vista diferentes alimentos que podamos usar posteriormente como reforzadores, estos pueden ser; quicos, chocolate, golosinas, fritos, palomitas, rosquilletas, galletas, papas…Deja que tu hijo pruebe y escoja libremente, sin marcarle un tiempo y sin obligarle a probar. Simplemente déjale explorar y mientras observa detenidamente.
A continuación anota en el Registro de Alimentos Reforzadores qué alimentos prueba y cuales son sus reacciones, así como el orden en que los escoge. Repite esto durante varios días y extrae una lista con los reforzadores por orden de prioridad.
Se trata de averiguar qué alimentos pueden ser un refuerzo cuando introduzcamos alimentos nuevos. Cualquier alimento que le guste mucho puede ser un reforzador, eso sí, mejor si es tipo snack, ya que será más fácil de utilizar.
Elabora un menú con todos los alimentos que le gustan
Cuando comiences con la “nueva rutina de comer” es importante que al principio solo le ofrezcamos alimentos que le gustan. Si no son los reforzadores mejor. Es recomendable utilizar platos elaborados. No importa que sus gustos sean restringidos. Si sabemos que le gusta la paella, la tortilla y la manzana por ejemplo, iremos alternando dichos alimentos durante el tiempo necesario. Puede ser una semana, dos semanas o incluso tres semanas…
Anota lo que sabes que sí le gusta y elabora el menú de comida y/o cena de toda una semana. Es esencial que los primeros días no le ofrezcamos un alimento que no le gusta o que es nuevo.
Problemas de alimentación: Registro diario de alimentación
Si no come nada no le ofrezcas otra comida. Tal vez esté esperando a que ocurra lo que ocurre normalmente (me dan de comer, me muevo por toda la casa, van detrás de mi…) y necesita más días para aceptar que ahora tiene que sentarse a comer. Puede mostrar enfado o rabietas. Sé paciente y aprovecha su enfado para trabajar emociones. Es importante no cambiarle el plato principal. Si se queda sin comer NO pasa nada, podemos intentarlo más tarde.
Una vez acepte que tiene que sentarse y acceda a comer (pueden pasar días) premialo con un refuerzo de la lista (que no sea de los primeros, ya que esos se utilizarán cuando introduzcamos nuevos alimentos), una vez terminado el plato principal.
Estas son algunas de las recomendaciones que ayudan el proceso alimenticio para niños con autismo