Estrés durante el embarazo: cuando se vuelve demasiado
Hasta cierto punto, el estrés durante el embarazo no daña al feto. Sin embargo, fuertes temores maternos y un gran estrés pueden tener un efecto desfavorable en el desarrollo del niño.
Las posibles consecuencias son nacimiento prematuro y bajo peso al nacer. Los efectos a largo plazo en los niños, como la depresión o el asma, también pueden surgir como resultado del estrés psicológico severo durante el embarazo.
Desarrollo infantil
Durante la fase relativamente corta del embarazo, un niño altamente desarrollado crece a partir de un óvulo fertilizado. Durante este tiempo, unas 40 semanas, se forman la cabeza, el torso, los brazos y las piernas, así como todos los órganos, como el corazón, los riñones y el cerebro.
El desarrollo está coordinado y guiado por el modelo en el genoma del niño. El feto recibe todas las sustancias necesarias, como nutrientes, hormonas y anticuerpos de la madre. El estrés durante el embarazo puede, entre otros factores, influir en el desarrollo de este niño.
Estrés durante el embarazo: lo que sucede en el cuerpo
Todo el mundo conoce el estrés. Las altas exigencias en la vida profesional, la falta de tiempo, las preocupaciones existenciales, las disputas en la sociedad, el ruido y el ajetreo cotidiano exigen mucho de cada individuo.
Incluso las mujeres embarazadas a menudo no pueden escapar del estrés de la vida cotidiana. Muchas mujeres también se preocupan por el curso de su embarazo, el bienestar del feto, el nacimiento y el tiempo posterior.
Si nos encontramos en una situación estresante, el cuerpo libera cada vez más diversas hormonas del estrés como la adrenalina, la noradrenalina, la dopamina o precursores de la hormona cortisol. Como resultado, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración aumentan, los músculos se tensan y la actividad digestiva se reduce.
El estrés leve durante el embarazo no es peligroso
El niño que crece en el útero puede percibir estos cambios. Por ejemplo, el latido del corazón del niño se acelera poco después que el de la madre.
Hay una buena razón para esto: los investigadores sospechan que el estrés leve no solo no daña al niño, sino que incluso puede promoverlo. La maduración física, las habilidades motoras y las capacidades mentales del niño parecen mejorar.
Por lo tanto, el estrés bajo no es perjudicial para el niño. Sin embargo, aún es recomendable reconocer los factores desencadenantes del estrés durante el embarazo y tomar medidas para contrarrestarlo.