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La Calculadora de Embarazo

¿A qué prestar atención al visitar la piscina en el embarazo?

piscina en el embarazo

Si tu embarazo no ha tenido complicaciones hasta ahora y tu ginecólogo no tiene objeciones, entonces nada se interpone en el camino de una visita a la piscina. Solo ten cuidado de no excederte en tu tiempo de natación de inmediato, pero auméntalo gradualmente, de 5 a 10 minutos inicialmente a alrededor de 20 minutos después. 

Es mejor ir varias veces a la semana en lugar de agotarse por completo de una sola vez. Esto también es más efectivo para desarrollar músculo. La alternancia entre la espalda y la braza se recomienda especialmente para trabajar todos los grupos musculares. 

Al nadar de espalda, asegúrate de estar atenta a otros visitantes para evitar una colisión. 

Demasiado esfuerzo no es bueno

Debes evitar la natación competitiva, por ejemplo, para que tu frecuencia cardíaca se mantenga por debajo de los 140 latidos por minuto. Si experimentas mareos o dolor, detén tu programa de ejercicios de inmediato. No esperes demasiado de ti y de tu bebé y evita el riesgo de un parto prematuro.

¿Riesgos?

Al contrario de lo que dicen muchos cuentos, no es necesario que tengas miedo de una infección en la piscina. Excepto en las piscinas naturales, el agua siempre está clorada, bien monitoreada y apenas ofrece una fuente de nutrientes para bacterias y hongos. 

Pero definitivamente debes evitar los jacuzzis. El agua se encuentra en un espacio pequeño con un número relativamente grande de personas y, por lo tanto, ofrece a las bacterias un buen caldo de cultivo.

Asegúrate de cambiar tu traje de baño mojado después de ir a la piscina para evitar la cistitis

Bebe suficiente agua y asegúrate de usar un traje de baño cómodo que no te apriete ni a ti ni a la barriga de tu bebé. También hay variantes muy bonitas que puedes seguir usando como bañador de lactancia después del embarazo y que además disimula las estrías si es necesario.

Si sigues estos consejos y no te excedes, la natación puede ser la solución a muchas dolencias de las mujeres embarazadas. Con un poco de suerte, el dolor de espalda, los pies hinchados y los pensamientos nublados serán cosa del pasado por el resto de tu embarazo.